28 de octubre de 2011

Las recetas de cocina de Mila Gutiérrez

En ocasiones nos encargan trabajos en los que nuestros clientes ponen tantísimo cariño que hacen que nos impliquemos de una manera especial. Es el caso del libro …Y Dos Cucharadas de Amor, que terminó de imprimirse el 15 de noviembre de 2002 en los talleres de Gráficas Iglesias.

Datos técnicos del trabajo
Tipo de trabajo: libro
Dimensiones: 14,8 x 21 cm.
Número de páginas: 352 + cubierta
Técnica: impresión offset 2/2 interiores e impresión offset 4/0 cubierta
Encuadernación: rústica con hilo


Hace ya unos años, se puso en contacto con nosotros uno de los hijos de Mila Gutiérrez. Su objetivo, y el del resto de sus hermanos, era reunir en un libro el buen hacer de su madre “detrás de los fogones, primero de leña y carbón, luego de gas y ahora de vitrocerámica”.

Con prólogo de Antonio Gómez Rufo (un amigo de la familia), …Y Dos Cucharadas de Amor reúne un total de 22 trucos de cocina, un capítulo dedicado a la presentación de los platos y centenares de recetas de las que nos es imposible elegir nuestra preferida. No obstante, si tuviéramos que quedarnos con una, y teniendo en cuenta las fechas en las que estamos, no podría ser otra que la de los buñuelos de viento, que queremos compartir con vosotros.


Receta de buñuelos de viento
Ingredientes: 1 tazón de agua, 1 tazón de harina, 2 huevos, una pizca de sal, aceite en cantidad, ¼ de litro de nata pastelera, azúcar glas y canela para espolvorear.

La harina no hay que añadirla hasta que el agua esté hirviendo. Se trabaja cerca de la lumbre hasta que la harina esté compacta. Es una masa difícil de trabajar. Cuando ya esté preparada, se añade un huevo y se remueve para que penetre bien en la masa, luego se añade el otro y se hace lo propio. Tienen que quedar bien ligados a la masa. Una vez listo, se deja reposar. Poner aceite a calentar y, antes de que empiece a humear, añadir la masa con la ayuda de dos cucharitas de café haciendo montoncitos. Hay que tener mucho cuidado para que no revienten y salte el aceite. Se va moviendo la sartén y ellos irán subiendo solos. Cuando estén dorados, sacarlos con una espumadera. Se dejan en una fuente para que se enfríen. Una vez fríos, se les da un corte en un lateral con una tijera para rellenarlos con la nata (también puede usarse crema pastelera o chocolate). Se espolvorean con azúcar glas y canela.

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